Por años me he preguntado porque las personas hoy presentan tantos
problemas de salud. Si bien mis abuelos murieron por complicaciones de salud a
avanzada edad nunca sufrieron de tantos males. En términos generales tuvieron una vida feliz
y relativamente saludable. También me he preguntado porque han surgido
enfermedades tan extrañas que con el tiempo se han vuelto tan comunes que incluso,
la gente llega a pensar que es normal tenerlas.
Cuando hablo con la gente, siempre terminan hablando de la salud.
Al fin y al cabo la salud es lo que le
permite a cualquier ser vivo cumplir con su función, “La salud de las personas
es el verdadero fundamento en que descansa toda su felicidad y todo su poder”
Benjamin Disraeli. Por otro lado, llevo desde 1990 trabajando en salud pública,
no por obligación sino como hobby porque me apasiona. Durante estas conversaciones se mencionan problemas como la migraña, el colesterol alto,
triglicéridos altos, la tensión arterial alta, el colon irritable, la
gastritis, ulceras, estreñimiento, estrés, la diabetes, la hipoglicemia, el cáncer, los
accidentes cardiovasculares y muchísimos más.
Quedo en Shock, cuando se le oye decir al, o a los interlocutores con
total tranquilidad que eso es normal. Que el médico le ha dicho que
desafortunadamente ese es un PROBLEMITA moderno pero que se soluciona con una
droguita y sale. En este momento surgen
en mi mente imágenes de personas
sufriendo, olores a hospital o peor aún a velorio, situaciones por las que ya
he pasado con interlocutores que ya no están entre nosotros. Me embarga por
ello un fuertísimo sentido de urgencia y busco la forma más prudente de sugerir
que, no creo que se pueda lograr una solución definitiva usando la droguita o
medicamento, al fin y al cabo si dejan de tomar la droguita volverán a tener el
problema. Sin embargo si se la toman, “disimulan” el problema sin tener en
cuenta que con el tiempo, toda sustancia química ajena causa un efecto
secundario, colateral o llámelo como quiera, pero que al final deteriora más la
salud y le genera la necesidad de usar un nuevo químico para controlar el nuevo
problema. Hasta que finalmente termina la persona con un desfile de
medicamentos de por vida y de paso acortando la poca vida miserable que le
queda en esas condiciones. Por casualidad conoce a alguien así? Pues bien,
desarrolle su sentido de urgencia y con mayor razón ¡ si el paciente es usted!
Todo este proceso de interacción diaria con otras personas me obligan
a analizar e investigar sobre el tema y a EXPERIMENTAR. La intención es poder
recomendar una alternativa más saludable. No es posible recomendar algo o
incluso juzgarlo sin haberlo probado antes.
En el tema de probar, hago un pequeño paréntesis para enfatizar lo
siguiente. En muchas ocasiones me perdí de cosas muy valiosas por opiniones
poco fundamentadas de otros que se creían expertos sin serlo. Yo les creí y después
de muchos años me di cuenta que había perdido tiempo valioso por un mal
consejo. Hoy día, escucho pero me declaro impedido para dar opiniones o para creer en ellas sin tener
una experiencia personal en el asunto. Gracias a esta experimentación, mi familia y yo tenemos
una calidad de vida increíble, he solucionado problemas comunes que de todos
modos nos alteran como migraña, problemas de sueño, fatiga crónica, problemas
de sobrepeso, dermatitis alérgicas, mala concentración, mal genio entre otras tonterías
que nunca considere como problemas de salud. En mi familia a la fecha hemos podido solucionar y/o mitigar mas de 30 problemas de salud con los que nos habiamos acostumbrado a convivir. Hoy me pregunto, ¡como pudimos vivir
tanto tiempo así! Lo mejor es que con estos cambios sutiles he podido ofrecerle
bienestar muchas personas.
A estas alturas usted se preguntará que según mi experiencia, EN DONDE ESTA EL PROBLEMA de la mala salud en nuestros días?
Pues bien, está en nuestra comida. No podemos dejar de comer pero los alimentos que preparamos en
casa, tienen químicos, agro tóxicos, y se cultivan en suelos cansados que
ofrecen poco aporte de nutrientes. Los alimentos han sido sometidos a transporte y
congelación que afectan el valor nutricional del producto y para completar, un
buen porcentaje se somete a procesos de transformación que dañan la calidad
nutricional del producto terminado. En el caso de los procesados, se le quitan
nutrientes al producto y se reemplazan por material de relleno basado en
carbohidratos simples, de bajo costo y muy pobre valor nutricional. Se agregan rótulos
llamativos que ofrecen algún nutriente o sabor de moda que supuestamente ha sido adicionado.
El nutriente usado por lo general no es de lo mejor, y las cantidades están muy
lejos de ser las necesarias para los beneficios que ofrecen. Estos mal llamados
alimentos solo buscan utilidades y en realidad son la fuente de cerca del 70%
de los problemas de salud que hoy día tiene la humanidad y que son de frecuente
consulta en las unidades médicas.
Ante esta situación, ubicamos el problema en lo
que comemos. En primer lugar, debemos escoger muy bien lo que nos
metemos a la boca. Somos lo que comemos. Lo que cosechamos en materia de salud,
es el producto de lo que le damos al cuerpo. Debemos pensar que somos un cuerpo
organizado compuesto por trillones de células y que ¡la finalidad de la comida
no es darle gusto a nuestras papilas gustativas, a nuestros ojos o a nuestra
nariz!, no comemos para rellenar nuestro estómago, sino para alimentar nuestras
células que son las que nos conforman. Si estas células que son trillones están
mal alimentadas, y además intoxicadas, lo obvio es que funcionemos mal.
La solución es integral. Debemos buscar productos saludables,
balanceados y regresar al consumo en casa, al tiempo en familia evitando al máximo el consumo de
comidas por fuera del hogar especialmente en la noche. Empezar el día con un
desayuno realmente saludable que no nos genere antojos ni ansiedad a lo largo
del día. Un almuerzo bien balanceado con mucha fibra, proteína y poco
carbohidrato. Una cena muy ligera. Dejar de lado el sedentarismo. Reforzar en nuestra mente que
todo producto empacado y procesado sin duda es muy práctico y sabroso pero incrementa
el círculo vicioso de la enfermedad. Adicionalmente lo que encontramos en la
calle así sea una delicia, es caro para
el poco beneficio nutricional que ofrece y si analizamos bien, estamos pagando
por algo que nos va a enfermar! En este orden de ideasl,
que es más importante para usted, su salud o el sabor? Si gana el sabor, estoy seguro que
la salud no está nada bien. Si hoy todavía estas bien y sigue ganado el sabor, téngalo
por seguro que la salud está perdiendo así no lo sienta en este momento.
Rematamos diciendo que siempre vamos a consumir un 300% más de calorías
y un 50% menos de nutrientes. En este
sentido es muy importante tener presente que por más que comamos balanceado,
nunca vamos a poder alimentar adecuadamente nuestras células sin una ayudita
extra. Lo anterior lo sostiene la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta
ayudita funciona mejor en la mañana y debe tener la menor cantidad posible de calorías
y ofrecer todos los nutrientes que a la fecha la ciencia ha determinado como
indispensables en las cantidades adecuadas. Si en la mañana le suministras a
tus células todo lo requerido y en las cantidades correctas, ahorraras dinero y
salud.
En otras palabras, si cambias tu desayuno puedes llegar a evitar e
incluso solucionar los problemas de salud más comunes que en cualquier momento
se pueden convertir en tragedia como son Cancer, Diabetes, Enfermedades
cardiovasculares y otros 53 alteraciones más que pueden estar ligadas a un desbalance nutricional.
El problema está en tus ojos y manos. Tus ojos ven y te antojas, y tus
manos te lo llevan a la boca.
En tu desayuno esta la solución.
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